Gergen, la Psicología y la nueva ola de la investigación cualitativa

 

Gergen, K., Josselson, R., & Freeman, M. (2015). The promises of qualitative inquiry. American Psychologist, 70(1), 1–9. Retrieved from http://psycnet.apa.org/journals/amp/70/1/1/

Gergen, K. J. (2014). Pursuing excellence in qualitative inquiry. Qualitative Psychology, 1(1), 49–60. doi:10.1037/qup0000002

 

Kennet Gergen acaba de obsequiarnos a los miembros del Thaos Institute  (http://www.taosinstitute.net) con dos textos sobre investigación cualitativa.

En el primero de ellos firmado con Josselson y Freeman (K. Gergen, Josselson, & Freeman, 2015) los autores saludan lo que llaman la nueva ola de la investigación cualitativa puesta de manifiesto en el campo de la Psicología por la reciente creación de la Society for Qualitative Inquiry in Psychology, el cambio de la denominación de la sección quinta de la Asociación de Psicólogos Americanos que ha pasado a llamarse Division of Quatitative and Qualitative Methods y la aparición de la nueva revista de la APS Qualitative Psychology .

Los autores afirman que consideran que este movimiento supone una expansión y enriquecimiento de la investigación en Psicología y sus potenciales. Lo ponen en relación con la reactivación de los movimientos por el cambio social que se han sucedido desde los años sesenta y los movimientos críticos en la Psicología así como con el debilitamiento de las visiones más positivistas de la ciencia interesadas sólo en las relaciones causa-efecto y el desarrollo de su propia perspectiva, para la que utilizan el término pragmatismo reflexivo, desde la que se supone que cualquier forma de conocimiento conlleva valores implícitos y privilegia unas formas de vida frente a otras.

También han contribuido a este movimiento el enorme desarrollo de los métodos cualitativos en otros campos de las ciencias sociales (Citan una buena cantidad de libros y revistas para ilustrarlo) y el gran desarrollo de la comunicación global.

Los autores señalan que, en realidad hay una larga y fructífera tradición de investigación cualitativa en psicología y que fue la hegemonía del conductismo la que llevó a un estrechamiento de los objetivos y el campo de la Psicología lo que la hizo desaparecer como sospechosa de falta de cientificidad. Afirman no renegar de las aproximaciones cuantitativas, sino aspirar a complementarlas y citan tres tradiciones alternativas a esta lo que consideran que están siendo, de algún modo, reactualizadas: la hermenéutica, la construccionista y las basadas en la praxis.

En línea con la tradición hermenéutica muchos investigadores cualitativos retoman la distinción de Dilthey entre explicación y comprensión para considerar insuficientes los modos de conocimiento que no consideran los aspectos subjetivos de la experiencia vivida por los otros. La nueva ola de la investigación cualitativa pretende convertir la subjetividad misma en objeto de indagación científica, lo que ha supuesto hacer visibles los aspectos morales y políticos y ha convertido en un objetivo la lucha contra las fronteras que separan a las personas en función del género, la raza, la clase social orientación sexual, capacidades u otras características. Otra de las consecuencias de este giro ha sido el desarrollo de múltiples metodologías entre las que los autores destacan las derivadas de las narrativas y la autoetnografía.

Desde el construccionismo social se asume que todo conocimiento se basa en asunciones y valores negociados socialmente en una comunidad históricamente determinada. Lo que llamamos conocimiento no es tanto un reflejo del mundo como un juicio sobre el mismo basado en los valores y necesidades de una determinada comunidad. Esta perspectiva difiere de la positivista clásica por un lado en que no considera una naturaleza inmutable susceptible de observación sino que considera el comportamiento humano como algo altamente maleable que se modifica por el hecho de ser observado, y, por otro, en que no cree posible una observación neutra, desprovista de valores. Con este punto de partida se han desarrollado formas de investigación cualitativa como el análisis del discurso, investigación sobre el habla o autoetnografía.

Los autores citan a Marx y Dewey  y su concepción del conocimiento como algo al servicio de la búsqueda de un objetivo, como antecedentes de  la investigación acción que se inicia con Kurt Lewin. Según ellos las propuestas en este sentido se han multiplicado con la nueva ola de investigación cualitativa. Entre los ejemplos de los desarrollos recientes deudores de esta tradición destacan el de la Medicina Basada en las Narrativas y su intento de incorporar el punto de vista del paciente.

Los autores concluyen que se ha producido una importante expansión de los objetivos potenciales de la psicología y una invitación a confeccionar a medida las prácticas de investigación. Citan como prueba del entusiasmo que esto ha despertado el hecho de que en menos de una década la sección de investigación cualitativa se ha convertido en la más numerosa de la Sociedad de Psicólogos Británicos. Según ellos se han producido tres resultados dignos de señalarse: la aparición de nuevas inspiraciones teóricas, el propósito de construir comunidad con un espíritu inclusivo y el trabajo interdisciplinar.

La adopción de un punto de vista teórico determina la metodología a usar. Pero el uso de unas u otras metodologías influye en los desarrollos teóricos posibles. Los autores citan un número de ejemplos. La preocupación por el uso pragmático del lenguaje ha conducido a teorizaciones sobre la comunicación entre culturas, ha dado lugar a nuevas teorías sobre el funcionamiento mental y ha alimentado la formación del movimiento de “psicología del discurso”.  Los métodos narrativos han estimulado las exploraciones teóricas de la memoria personal, los métodos interpretativos han estimulado la discusión de los aspectos morales de la investigación en psicología; el reconocimiento de los métodos indígenas ha conducido a la valoración de las teorías psicológicas de otras culturas; los métodos observacionales han producido nuevas concepciones sobre las relaciones infantiles; los estudios de casos han dado lugar a ideas más complejas sobre el cambio terapéutico; los métodos etnográficos han sido vitales para el desarrollo de la psicología cultural.

Los autores citan el libro de Chua sobre los hiperpoderes para afirmar que las sociedades son tanto más creativas cuanto más tolerantes son con sus subculturas y más capaces de asimilar múltiples perspectivas. El nuevo movimiento pretende ser inclusivo y aboga no por la confrontación sino por la confluencia con otras formas de hacer en investigación, por el uso de métodos mixtos y por una apertura a múltiples culturas y a la construcción de un conocimiento global.

La metodología cualitativa se ha expandido también en otros campos de las ciencias sociales y las revistas, congresos y escritos de investigación cualitativa están abiertos a la contribución de personas y grupos procedentes de distintas disciplinas.

El nuevo movimiento ha tenido también repercusión sobre las relaciones de la psicología con la sociedad al menos, desde el punto de vista de los autores, en dos campos: el abierto por la pretensión de conocer con y el de la comunicación con la cultura.

En los últimos años se ha producido un agudo rechazo de la tajante distinción establecida en la tradición empirista de la Psicología entre el científico observador y los sujetos observados y su corolario de autoritarismo (Los autores citan los movimientos contra el etiquetamiento de los usuarios y exusuarios de los servicios de salud mental). Muchas formas de investigación cualitativa reirán las barreras entre el investigador y los sujetos investigados (proporcionan algunos ejemplos) y, además, quienes las usan colaboran con grupos externos en la prosecución de objetivos comunes. El objetivo ha dejado de ser conocer sobre para pasar a ser conocer con y eso ha modificado las relaciones entre el científico y la sociedad.

Las formas de representación tradicionales de la Psicología han sido opacas para el gran público debido tanto al uso de una jerga y unas metodologías inaccesibles como al tipo de problemas abordados. Desde la investigación cualitativa – aunque no siempre – se ha reaccionado con este objetivo y, además, se han abordado temas – como la pobreza, la injusticia o la desigualdad – que son relevantes para la población general y se están desarrollando métodos de comunicación con el público no profesional

Los autores terminan afirmado que se ha levantado una brisa que trae una visión más pluralista e inclusiva en Psicología y advirtiendo acerca de algunas tareas pendientes. Por un lado queda por determinar si este tipo de trabajo puede reclamar par si el estatuto de científico. Para que lo haga es preciso que se desarrolle una visión más amplia de la ciencia que reconozca que poner a prueba hipótesis es sólo una de las formas posibles de acceso al conocimiento . Además está en tema de las dificultades tanto para formarse como para presentar trabajos de investigación o publicar investigaciones cualitativas que desincentivan este tipo de trabjo

 

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En el segundo de los trabajos a los que nos referimos (K. J. Gergen, 2014) Gergen nos sitúa en lo que le parece una transición que están viviendo la Psicología y las ciencias sociales en general al pasar de una visión completamente dominada por la visión de la ciencia empírica a una más pluralista en la que tienen cabida perspectivas puntos de vista y propósitos para guiar el trabajo de indagación y se pregunta por si pueden articularse unos criterios de excelencia para ésta. Para dar una respuesta se sitúa en el pragmatismo reflexivo.

Lo que parece claro es que los criterios que permiten evaluar la calidad de la investigación cuantitativa no sirven para la cualitativa. Desde luego se han hecho propuestas para ésta última y Gergen cita unos cuantos (Denzin & Lincoln, 2011; Devers, 1999; Elliott, Fischer, & Rennie, 1999; Fossey, Harvey, McDermott, & Davidson, 2002; M. M. Gergen & Gergen, 2000; Guba & Lincoln, 1994; Jeanfreau & Jack, 2010; Lietz & Zayas, 2010; Maxwell, 2011; Morse, 2003; Reicher, 2000). Pero no proporcionan pautas satisfactorias. Gergen plantea que probablemente no es posible hacerlo, pero hace unas consideraciones que pretenden ser esclarecedoras.

Comienza Gergen planteando 5 alternativas a las asunciones y objetivos de la investigación empírica tradicional que en lugar de pretender poner a prueba hipótesis para mejorar nuestra capacidad de predicción y control persiguen otros objetivos como:

  • Indagar en la estructura del significado de los seres humanos
  • Liberar a los lectores de convenciones opresoras
  • Dar voz a minorías oprimidas
  • Revelar formas de vida cultural a través de revelaciones personales
  • Actuar para cambiar la sociedad

Se refiera a

  1. La fenomenología

Fue desplazada del campo de la Piscología con la llegada del conductismo en los años 30. Más tarde, la revolución cognitiva abrió una puerta al interés por los procesos internos. Pero el estatuto ontológico de ese mundo interno es completamente diferente para el cognitivismo y la fenomenología y los métodos y, aún el significado de lo que pueda ser acceder a él son también completamente distintos. Los fenomenólogos más que instrumentos que permitan la predicción y el control buscan el establecimiento de un genuino entendimiento entre las personas

 

  1. El análisis del discurso

Hay tendencias distintas como el análisis del discurso tradicional (que se centra en muestras específicas de discurso hablado o escrito), el análisis crítico del discurso (Que se preocupa también por aspectos ideológicos y del contexto cultural) y el análisis conversacional (que se centra en las pautas interdependientes de lenguaje utilizadas en la conversación). Estas distintas tendencias difieren de la fenomenología, a la que consideran anclada en el dualismo, en que no pretenden encontrar nada ninguna esencia “profunda” detrás del discurso. Gergen refiere que algunos de estos autores mantienen vestigios de empirismo y están enfrascados en la búsqueda de métodos fiables y el uso de las estadísticas, mientras otros, desde una postura que considera “postmoderna” entienden que el discurso es un medio para construir mundos de inteligibilidad. El movimiento de crítica del discurso apuesta por una indagación cuyo propósito no es desvelar una verdad última ni sobre la cognición ni sobre el significado, sino liberar a la sociedad de formas problemáticas de hablar y de escribir que impiden el cambio social.

 

  1. El estudio de narrativas

En este apartado, de entre las distintas acepciones de este término (Que algunos consideran equivalente al de análisis del discurso) Gergen se refiere a al uso de la narrativa para iluminar la vida cultural y, más concretamente para hacer visibles las vidas de los marginados y los oprimidos y sus, de otro modo invisibles, condiciones de vida. Pretenden facilitar que el lector pueda entender estas vidas “desde dentro”. Esta perspectiva comparte con la fenomenología el objetivo de iluminar la experiencia, pero no pretende poner entre paréntesis las asunciones o los valores del investigador. A diferencia del análisis del discurso en este enfoque el discurso sólo es importante en la medida que revela la experiencia de los individuos.

 

  1. La Autoetnografía

En la indagación autoetnográfica las revelaciones sobre la cultura objeto de estudio proceden de las experiencias en primera persona de un participante en ella. Ello supone una ruptura radical con el empirismo y un intento de abolir la separación entre sujeto y objeto en la investigación.

 

  1. La investigación acción

Gergen afirma que esta particular forma de indagación ha jugado un rol activo aunque minoritario en la psicología en los últimos 50 años Cita para ilustrar esto varias revistas y algún manual todos de la tradición anglosajona (Ha habido una potente tradición latinoamericana). Esta corriente parte de la idea de que la ideología –  el propósito de cambiar el mundo – no es un obstáculo para la investigación sino que puede ser su razón de ser. Plantea que el empirismo responde a la asunción de que el mundo es estable y esta corriente a la de que el mundo es fluido o impermanente.

Gergen revisa a continuación las aportaciones a la búsqueda de la excelencia propias de cada una de las comunidades de práctica (Lave & Wenger, 1991) que se corresponden con los cinco enfoques anteriormente citados.

  1. La fenomenología

Hay criterios muy diferentes entre distintos enfoques fenomenológicos como el de Husserl, el de Heidegger o los del significado personal. La puesta entre paréntesis de preconcepciones y valores del investigador para facilitar la apertura a las experiencias comunicadas por el sujeto es, sin embargo común. Para la fenomenología descriptiva – a diferencia de otros enfoques – el análisis debe ser vaciado de ninguna prefiguración teórica o ideológica. Además el análisis debe centrarse en la experiencia individual que integra elementos en un todo unificado que puede permitir una visión de un grupo más amplio del que el individuo es representativo.

 

  1. El análisis del discurso

Hay muchos enfoques Como el principal objetivo del análisis crítico del discurso es la liberación de las convenciones uno de los principales criterios de excelencia es el poder retórico de la crítica. Aquí no se trata de buscar una Verdad sino resultados útiles de acuerdo con unos valores. Ello ha obligado a buscar alternativas a la validez objetiva que se han llamado validez interpretativa, validez transformacional, o validez catalítica. En esta perspectiva una marca de excelencia es que el investigador incluya una reflexión crítica sobre el carácter de construcción de su investigación y que encuentre el modo de invitar al lector a un diálogo reflexivo sobre la práctica de la investigación

 

  1. El estudio de narrativas

La necesidad de que las narrativas seleccionadas sean representativas hace  que algunos de los criterios del enfoque positivista sean de aplicación. En este caso a esto se añade una dimensión ética que implica mostrar respeto y honrar la voz de los representados

 

  1. La Autoetnografía

Es un campo reciente y hay poco propuesto. Ha sido objeto de muchas críticas. Aquí es importante la calidad de la escritura y su potencial retórico y su capacidad para acercarse al lector.

 

  1. La investigación acción

Algo importante es que en este enfoque  se aprende de los errores y el éxito del proyecto no es un criterio de excelencia. El criterio es generar propuestas para actuar.

¿Se pueden  generar criterios más allá de en cada comunidad particular?

Según Gergen los intentos de hacerlo han dado lugar a posiciones positivistas o postpositivistas  (categoría en la que analiza las propuestas de Saldaña (Saldaña, 2013) o Fossey (Fossey et al., 2002).

Para Gergen hay que ser cautelosos y sería más útil acordar una serie de criterios muy generales que especifiquen mínimamente la clase de actividades que deben incluirse en el amplio espectro de la investigación cualitativa. Pone como ejemplos cuestiones como si la investigación contribuye a nuestro capacidad de entendimiento, enlaza con diálogos relevantes en el campo, es riguroso en su diseño y su forma de llevarlo a cabo y está escrito de un modo coherente e inteligible.

 

Los peligros de la excelencia

Gergen alerta de las múltiples formas en las que unos criterios semejantes podrían convertirse en restricciones al conocimiento.

 

Hacia un pragmatismo reflexivo

Gergen recomienda huir de la medololatría, invertir la óptica tradicional y empezar por plantear cuáles son los objetivos que pretendemos lograr para preguntarnos luego qué prácticas de indagación nos facilitarán el conseguirlos. Debemos también preguntarnos qué clase mundo construye la aplicación de los métodos que seleccionamos  (Si por ejemplo valora a un tipo de personas más que a otras). Es esencial la reflexión sobre las consecuencias ideológicas y políticas de los objetivos y prácticas de investigación

Concluye diciendo que “la investigación sin reflexión acerca de lo que está siendo favorecido y par quién es injuriosa para la profesión y para el público”.

 

Prácticas providenciales de evaluación

Estamos en una situación de transición después de casi un siglo de dominio de la ciencia empírica e Psicología. La aparición de múltiples perspectivas se ha hecho difícil acordar criterios. Gergen prone algunas conclusiones:

  • Van a coexistir distintos paradigmas y ninguno va a poder reclamar la supremacía. El del empirismo reflexivo es solo uno de ellos
  • Tendremos que seguir dialogando pero debemos renunciar a disponer de unos criterios unívocos de excelencia
  • Hay criterios compartidos por diferentes comunidades. Si las comunidades son estables, pueden llegar a ser claros y estar localmente legitimados
  • Sin embargo como los acuerdos en el seno de las comunidades son frágiles y los límites de las mismas porosos, hay que estar abiertos a una continua reflexión sobre los criterios
  • El pragmatismo reflexivo puede ser una buena aproximación a la indagación y la evaluación. La primera pregunta es si las prácticas en cuestión efectivamente contribuyen a lograr los propósitos y, luego si están suficientemente claros cuáles son los valores que se sustentan y los que se sustituyen

 

Trabajos citados

Denzin, N. K., & Lincoln, Y. S. (2011). Handbook of qualitative research (2nd ed). Newbury Park, CA: Sage.

Devers, K. J. (1999). How will we know “good” qualitative research when we see it? Beginning the dialogue in health services research. Health Services Research, 34(5 Pt 2), 1153–1188.

Elliott, R., Fischer, C. T., & Rennie, D. L. (1999). Evolving guidelines for publication of qualitative research studies in psychology and related fields. The British Journal of Clinical Psychology / the British Psychological Society, 38 (Pt 3), 215–229.

Fossey, E., Harvey, C., McDermott, F., & Davidson, L. (2002). Understanding and evaluating qualitative research. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 36(6), 717–732.

Gergen, K. J. (2014). Pursuing excellence in qualitative inquiry. Qualitative Psychology, 1(1), 49–60. doi:10.1037/qup0000002

Gergen, K., Josselson, R., & Freeman, M. (2015). The promises of qualitative inquiry. American Psychologist, 70(1), 1–9. Retrieved from http://psycnet.apa.org/journals/amp/70/1/1/

Gergen, M. M., & Gergen, K. J. (2000). Qualitative inquiry: Generative tensions. In N. K. Denzin & Y. S. Lincoln (Eds.), Handbook of qualitative research (2nd ed) (pp. 1025–1046). Newbury Park, CA: Sage.

Guba, E. G., & Lincoln, Y. S. (1994). Competing paradigms in qualitative research. In N. K. Denzin & Y. S. Lincoln (Eds.), Handbook of qualitative research (pp. 105–117). Thousand Oaks, CA: Sage.

Jeanfreau, S. G., & Jack, L. (2010). Appraising qualitative research in health education: guidelines for public health educators. Health Promotion Practice, 11(5), 612–617. doi:10.1177/1524839910363537

Lave, J., & Wenger, E. (1991). Situated learning: Legitimate peripheral participation. Cambridge, UK: Cambridge University Press.

Lietz, C. A., & Zayas, L. E. (2010). Evaluating qualitative research for social work practitioners. , , . Advances in Social Work, 11, 188–202.

Maxwell, J. A. (2011). A realist approach for qualitative research. Thousand Oaks, CA: Sage.

Morse, J. M. (2003). A review committee’s guide for evaluating qualitative proposals. Qualitative Health Research, 13(6), 833–851.

Reicher, S. (2000). Against methodolatry: some comments on Elliott, Fischer, and Rennie. The British Journal of Clinical Psychology / the British Psychological Society, 39 ( Pt 1), 1–6; discussion 7–10.

Saldaña, J. (2013). Fundamentals of qualitative research. New York, NY: Oxford University Press.